Si has leído la crítica anterior de mi compañero y eres de esos que, como yo, no soporta a Arafnosky o como se escriba (director de El cisne negro), o simplemente, también como yo, no entiende sus películas porque seguramente sean demasiado modernas e intelectuales, les recomiendo una buena dosis de cine clásico, y que mejor que Casablanca.
Eso fue lo que hice ayer, verla. Ante lo que me olía que podría pasar en los Oscar con Cisne negro, Origen y demás memeces, decidi ver Casablanca en mi casa. Posiblemente el clásico entre los clásicos del cine, la crónica más amarga del mundo contemporáneo y la historia de amor más sencilla y a la vez más compleja que jamás haya visto. Uno después de verla sigue intentando destripar a Rick Blaine y porque actúa al final como lo hace. Todo es misterio.
Lo único que sé es que ver esta película no tiene precio y ver lo ojos de Ingrid Bergman, por supuesto que tampoco. Bogart lo borda, joder el personaje más irónico de la historia del cine. Además de los personajes y su maravillosa química, Casablanca cuenta con un guión dinámico, un bar que vaya bar, joder que ambiente, una dulzura estrepitosa en todas sus escenas, y un final abrumador, y hasta te enteras de algo de historia. En fin, Casablanca reúne todas esas cosas por las que debemos seguir amando al cine.
Alguien votó mala. Imagino que habrá sido algún "moderno".
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